Los municipios y comunidades están en la primera línea frente al cambio climático. Sin embargo, muchas veces carecen de los recursos necesarios para planificar e implementar soluciones efectivas.
Estas guías metodológicas nacen para apoyar a los equipos locales con herramientas prácticas, participativas y adaptables, que conectan el diagnóstico técnico con la participación ciudadana, el diseño de medidas y su monitoreo.
Estas guías fueron co-diseñadas y probadas junto a municipios de Alto del Carmen, Coquimbo y San José de Maipo en Chile, y están pensadas para ser replicadas y adaptadas por cualquier gobierno local en Chile y América Latina.
Son guías 100% flexibles, diseñadas para ajustarse al lenguaje, contexto y realidad de cada comuna.
Cada guía ofrece:
✅ Objetivos claros y pasos concretos.
✅ Actividades participativas y ejemplos prácticos.
✅ Materiales listos para usar (PPT, encuestas, plantillas, guías).
✅ Consejos para integrar resultados al Plan de Acción Climática
Pronto estarán disponibles para descarga
Esta guía entrega un paso a paso para organizar talleres internos que ayuden a los equipos municipales a reflexionar sobre sus prácticas de participación. El objetivo es identificar desafíos, generar diálogo entre distintas unidades y construir propuestas conjuntas para mejorar la manera en que se involucra a la comunidad en los planes climáticos. La importancia de esta metodología está en que permite fortalecer la transparencia, la representatividad y la calidad de las decisiones locales.
Estos talleres son una herramienta clave para escuchar a la comunidad, levantar percepciones y fortalecer conocimientos sobre cambio climático y riesgos de desastres. Se busca comprender amenazas relevantes, identificar elementos expuestos, reconocer impactos percibidos y co-construir medidas de adaptación. Su valor está en que integra el conocimiento local y la diversidad de voces en la formulación del PACCC, asegurando planes más justos y efectivos.
Las entrevistas permiten conversar directamente con actores clave de la comuna (líderes comunitarios, representantes de sectores productivos, instituciones locales, etc.). Su aporte está en capturar visiones estratégicas, experiencias y propuestas que no siempre emergen en espacios masivos. Esta metodología permite enriquecer el diagnóstico de cambio climático y el plan de acción con información directa de actores clave del territorio.
Las encuestas son una manera ágil de obtener una visión amplia sobre cómo la ciudadanía percibe el cambio climático, sus riesgos y las medidas en curso. Permiten identificar grupos vulnerables, caracterizar tendencias locales y evaluar actitudes hacia la acción climática. Esta información es fundamental para orientar políticas inclusivas y fundamentar decisiones en datos representativos.
El MRVA es el sistema que permite medir avances, impactos y aprendizajes del PACCC. Esta metodología parte de una Teoría de Cambio y un Marco Lógico, y culmina en la construcción de indicadores, líneas base y metas. Su importancia es doble: por un lado, responde a exigencias de la Ley Marco de Cambio Climático en Chile y de transparencia; y por otro, permite a los municipios aprender de la implementación y demostrar resultados ante la comunidad y potenciales financiadores.
El financiamiento suele ser una de las principales barreras para implementar medidas climáticas. Esta guía entrega un marco práctico para coordinar la búsqueda, identificar fuentes, construir estrategias y acceder a recursos. Ayuda a los municipios a transformar los planes en acciones concretas, asegurando sostenibilidad y continuidad en el tiempo.
Cuando hay muchas medidas propuestas y recursos limitados, la matriz de priorización permite ordenar y decidir con criterios claros (urgencia, factibilidad, costo, impacto social y ambiental). Su importancia está en facilitar la toma de decisiones participativa y basada en evidencia, asegurando que los esfuerzos iniciales de planificación tengan mayor legitimidad e impacto.
El cambio climático y la gestión de desastres están profundamente conectados. Esta guía propone un plan de trabajo para integrar ambas áreas en la planificación municipal. Así, los municipios pueden fortalecer su resiliencia frente a amenazas actuales y futuras, de forma coordinada e integrada, evitando duplicidades y potenciando recursos y capacidades ya existentes.